lunes, 31 de mayo de 2010

El tornillo (un cuento tecnológico...)


Algunas veces es un error juzgar el valor de una actividad simplemente por el tiempo que toma realizarla...

Un buen ejemplo es el caso del ingeniero que fue llamado a arreglar Una computadora muy grande y extremadamente compleja... una computadora que valía 12 millones de dólares.

Sentado frente a la pantalla, oprimió unas cuantas teclas, asintió con la cabeza, murmuró algo para sí mismo y apagó el aparato.

El Tornillo

Procedió a sacar un pequeño destornillador de su bolsillo y dio vuelta y media a un minúsculo tornillo.

Entonces encendió de nuevo la computadora y comprobó que estaba trabajando perfectamente.

El presidente de la compañía se mostró encantado y se ofreció a pagar la cuenta en el acto.

-"¿Cuánto le debo? "-preguntó.

- "Son mil dólares, si me hace el favor."

El Tornillo

- "¿Mil dólares? ¿Mil dólares por unos momentos de trabajo? ¿Mil dólares por apretar un simple tornillito?

¡Ya sé que mi computadora cuesta 12 millones de dólares, pero mil dólares es una cantidad disparatada!

La pagaré sólo si me manda una factura perfectamente detallada que la justifique."

El ingeniero asintió con la cabeza y se fue.

- A la mañana siguiente, el presidente recibió la factura, la leyó con cuidado, sacudió la cabeza procedió a pagarla en el acto, sin chistar. La factura decía:

El Tornillo

Detalle de servicios prestados

  1. Apretar un tornillo........... .... .... .... .... ... 1 dólar
  2. Saber qué tornillo apretar.............. ..... 999 dólares

El Tornillo

Mándalo a todos aquellos profesionales que día a día se enfrentan con la desconsideración de quienes por su propia ignorancia no alcanzan a entenderlos y regálales al menos un momento de humor.

RECUERDA: "SE GANA POR LO QUE SE SABE, NO POR LO QUE SE HACE".

viernes, 21 de mayo de 2010

EL SAMURAI


Cerca de Tokio vivía un gran samurai ya anciano, que se dedicaba a enseñar a los jóvenes.

A pesar de su edad, corría la leyenda de que todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario.

Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación.
Esperaba a que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante.
El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha. Con la reputación del samurai, se fue hasta allí para derrotarlo y aumentar su fama.

Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío.

Juntos, todos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven comenzaba a insultar al anciano maestro. Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos -ofendiendo incluso a sus ancestros-.
Durante horas hizo todo por provocarlo, pero el viejo permaneció impasible.

Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.

Desilusionados por el hecho de que el maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:
-¿Cómo pudiste, maestro, soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usaste tu espada, aún sabiendo que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros?
El maestro les preguntó:
-Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio?
-A quien intentó entregarlo- respondió uno de los alumnos.
- Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-.
Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los llevaba consigo.

martes, 18 de mayo de 2010


Un discípulo llego muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
-Maestro, quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia....

Sócrates lo interrumpió diciendo: -¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de las Tres Bardas lo que me vas a decir?
-¿Las Tres Bardas?

-Si -replico Sócrates- La primera es la VERDAD
¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?
-No... lo oí decir a unos vecinos....

-Pero al menos lo habrás hecho pasar por la segunda Barda que es la
BONDAD
¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?
- No, en realidad no; al contrario....

-!Ah! -interrumpió Sócrates- Entonces vamos a la Ultima Barda ¿Es
NECESARIO que me cuentes eso?
-Para ser sincero, no; necesario no es.

-Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario.....
... Sepultémoslo en el Olvido…

jueves, 13 de mayo de 2010

EL MEJOR TIEMPO ES AHORA


Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después de terminar la carrera, después de conseguir trabajo, después de casarnos, después de tener un hijo, y entonces después de tener otro.

Luego nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que seremos más felices cuando crezcan y dejen de ser niños, después nos desesperamos porque son adolescentes, difíciles de tratar. Pensamos: seremos más felices cuando salgan de esa etapa.

Luego decidimos que nuestra vida será completa cuando a nuestro esposo o esposa le vaya mejor, cuando tengamos un mejor coche, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando consigamos el ascenso, cuando nos retiremos.

La verdad es que. No hay mejor momento para ser feliz que ahora mismo.

Si no es ahora, ¿cuándo? La vida siempre estará llena de retos.

Es mejor admitirlo y decidir ser felices ahora de todas formas.

No hay un luego, ni un camino para la felicidad, la felicidad es el camino y es AHORA.

Atesora cada momento que vives, y atesóralo más porque lo compartiste con alguien especial; tan especial que lo llevas en tu corazón y recuerda que El tiempo no espera por nadie.

Así que deja de esperar hasta que termines la Universidad, hasta que te enamores, hasta que encuentres trabajo, hasta que te cases, hasta que tengas hijos, hasta que se vayan de casa, hasta que te divorcies, hasta que pierdas esos diez kilos, hasta el viernes por la noche o hasta el domingo por la mañana; hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que justamente Éste para ser feliz.
La felicidad es un trayecto, no un destino.

Trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran herido, y baila como si nadie te estuviera viendo...

miércoles, 12 de mayo de 2010


En la India se enseñan las "Cuatro Leyes de la Espiritualidad"

La primera dice:

"La persona que llega es la persona correcta".

Es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

La segunda ley dice:
"Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido".

Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

La tercera dice:
"En cualquier momento que comience es el momento correcto".

Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.

Y la cuarta y última:
"Cuando algo termina, termina".

Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.

jueves, 6 de mayo de 2010

¡Que tus sueños se vuelvan realidad!



"... Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar...
decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas,
decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución,
decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis,
decidí ver cada noche como un misterio a resolver,
decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos.
Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar,
descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui.,
Me dejó de importar quién ganara o perdiera;
ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo".

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento,
"el amor es una filosofía de vida".
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar tantas cosas...
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad.
Desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar."

Walt Disney


martes, 4 de mayo de 2010

LA FALTA DE TIEMPO…


Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.

Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa,
junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:

¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?

Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco.
Luego preguntó: ¿Esta lleno?
Todo el mundo lo miro y asintió.

Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó.
Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes.

El experto sonrió con ironía y repitió: ¿Esta lleno?
- Esta vez los oyentes dudaron:
Tal vez no, ¡Bien!
Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco.
La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.

¿Está lleno? pregunto de nuevo.
- ¡No! exclamaron los asistentes.
Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aun no rebosaba.

Bueno, ¡que hemos demostrado?, preguntó. Un alumno respondió:
Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.

¡NO! concluyó el experto: Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después.

¿Cuales son las grandes piedras en tu vida? Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada.

Recuerda, ponlas primero. El resto encontrará su Lugar.

sábado, 1 de mayo de 2010

Día del trabajo



En esta fecha, memorable desde muy diversos ángulos, permítanme hacer las siguiente reflexión:


Decía el poeta y escritor Gibrán Khalil Gibrán que "Trabajar con amor es construir una casa con cariño, como si vuestro ser amado fuera a habitar en ella."
Ciertamente, es posible trabajar con amor. No solo es una posibilidad: es una necesidad y hasta una obligación. El amor puede transformar la basura en oro, la tristeza en alegría y lo malo en bueno. Debemos aprender a amar lo que hacemos, con todo y los problemas que rodeen a nuestro lugar de trabajo y a nuestro trabajo en sí mismo. Podemos construir una especie de armadura de teflon, que no permita que se nos adhiera nada de lo malo que haya allí, y así quedarnos solo con lo bueno.
El mismo Gibrán decía: "Si no puedes trabajar con amor sino solo con desgano, será mejor que abandones el trabajo y te sientes a la puerta del templo a recibir limosna de los que trabajan con alegría"

Pero no permitamos tampoco que el trabajo absorva nuestras vidas. El trabajo es un medio, no un fin. El mundo es demasiado hermoso, para perdérselo por estar solamente inmerso en nuestro trabajo.
Efectivamente, existe todo un maravilloso universo, más allá de los límites de estas paredes, esperando por nosotros para mostrarnos sus maravillas.
"La gente que no para de trabajar, lo hace para no tener tiempo de acordarse de que no tiene nada que hacer" reflexionó alguna vez el pintor Francis Picabia. Recuerda que, si murieras hoy, no pasará una semana antes de que alguien esté sentado en la silla que ocupas en tu oficina, pero en tu casa, la ausencia se volverá enorme con el paso del tiempo...